Las candidaturas "ciudadanas" de personajes de pasado oscuro, vinculados a la partidocracia y a los intereses del sistema político, han fracasado y se desploman.
Lo mismo en Nuevo León que en Guadalajara, la gente no se deja tomar el pelo y no es tonta: ya se dio cuenta que quienes se dicen ajenos al sistema de partidos no son más que lobos con piel de oveja, iguales e incluso, peores que los políticos que siguen representando a los partidos.
En Guadalajara el candidato de MC, Enrique Alfaro, perdió la ventaja que le sacaba al candidato del PRI, Ricardo Villanueva Lomelí, como resultado de su intolerancia, los escándalos de corrupción que lo rodean, su relación con el ex gobernador Emilio González Márquez y sus presuntos nexos con gente vinculada a la delincuencia organizada.
De acuerdo a la encuesta realizada por el diario digital 1070 Radio Noticias, el candidato “ciudadano” Enrique Alfaro, cayó en la preferencia del electorado cinco puntos y el priista Ricardo Villanueva avanzó en la intención del voto.
Así las cosas, en México seguirá pendiente como una tarea, fortalecer la representación ciudadana real como ocurre en España con la organización política Podemos. Acá, parece que los ciudadanos no podemos y los políticos usan esa figura para seguir brincando de cargo en cargo.
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